A veces sueño que soy un gigante azul, que observa al planeta recostado en su estratósfera
Y el planeta es antiguo como el universo mismo y está desierto.
No hay aves, ni peces, ni flores, solo hay arena roja y cielo azul.
El viento serpentea por el planeta y forma y desmorona sus dunas eternas.
Sobre mi costado derecho me asomo y observo la quietud y luego me volteo boca arriba y me río.
A veces sueño que el gigante azul se aburre de ser un dios de un universo sin vida, y un día, recostado baca arriba como todos los días, cruzo mis brazos sobre mi pecho y me lanzo de espaldas al planeta y como dios dejo de existir.
Caigo lento, y voy riendo.
Ahora soy los huesos del primer animal muerto que se desintegran en el viento del desierto rojo y se dispersan en diminutas partículas por el mundo. Ya no soy inmortal, sino que soy el muerto primigenio, pues para que haya un primer vivo, siempre tiene que haber un primer muerto.